Los campesinos de las tierras de Mont-Roig eran auténticos arquitectos y queda demostrado en las construcciones que se extienden por todo el municipio, barracas, pozos, aljibes, lindes, muros, márgenes, etc. Hace años la vida no era fácil para la gente que trabajaba la tierra, eran explotados por sus dueños, la hambruna y las enfermedades abundaban, el día a día de la mujer era el esfuerzo y el trabajo, las inclemencias, incomodidades y penurias eran contínuas. Una de las cosas que les facilitaron la existencia fueron las barracas de piedra seca o cocós, como se las conoce en Tarragona. Los cocós son construcciones muy económicas, porque las piedras se extraían de los campos que iban a ser cultivados, con lo cual el material abundaba. Una de las características de estas edificaciones era que no utilizaba ningún material para unir las piedras. La técnica de la construcción en piedra seca consistía en colocar las piedras desplomadas hacia el interior y cerrar la construcción a una determinada altura, creando así una falsa cúpula. En la parte superior externa se plantaban lirios de Sant Josep que con sus raíces ayudaban a reforzar el techo y a aislarlo de la lluvia. Junto a la puerta de la barraca se encendía fuego para cocinar y mantener el habitáculo caliente, se puede apreciar por el color más negruzco de las piedras. La puerta estaba orientada al sur para captar el máximo posible de rayos solares y protegerse del viento. Los usos de las barracas eran variados, se utilizaban para guardar ganado o herramientas para trabajar el campo o para protegerse de las inclemencias o pasar la noche, tanto campesinos como pastores . En Mont-Roig hay 110 barracas catalogadas y declaradas bien cultural de interés local. La recuperación de este patrimonio olvidado la han llevado a cabo estudiosos y ha sido promocionada por el Ayuntamiento. En el Centro Miró de Mont-Roig es posible encontrar trípticos con el itinerario de las barracas, su nombre, descripción y localización GPS. Las barracas visitadas se encuentran en la carretera T310 entre Mont-Roig del Camp y el Club de Golf Bonmont. La primera barraca es la del Aiguader, de planta redonda, a destacar su portal, coronado por dos piedras en ángulo. De camino a la barraca de los Comuns del Pellicer encontramos una casa en ruinas del año 1933 según está marcado sobre la puerta principal. Esta casa se construyó con un techo en ángulo muy pronunciado para así recoger la máxima agua de lluvia y gracias a la inclinación depositarla en una canaleta que la transportaba hasta un aljibe donde quedaba almacenada, aljibe que encontramos a mano derecha de la puerta principal. Al lado, la barraca de los Comuns del Pellicer asombra por su altura, 4,30 m, y se puede apreciar fácilmente la técnica de la falsa cúpula. La barraca del "Ventanes" es difícil de encontrar, debemos fijarnos, desde la pista, mientras vamos ascenciendo, en la parte derecha. No hay camino, pero es fácil de ver. En el techo se aprecian los lirios de Sant Josep que protegen el techo. Parte de la barraca ha sido restaurada, algunas piedras presentan un color diferente a las originales. La siguiente es la barraca doble. La de la derecha es más antigua, es circular y de techo plano, la de la izquierda completamente diferente, es de planta irregular y de falsa cúpula. El interior de las dos es minúsculo. Deshacemos el camino y cruzamos la carretera T310. La barraca del camino de les Terres Noves es muy distinta al resto, es alargada y aquí sí que se aprecia la utilización de argamasa en su construcción. La siguiente es la barraca de los Lliris con una puerta más ancha de lo habitual y una cubierta inundada de lirios. La última que visitaremos es la más original y elaborada, la barraca en espiral, construcción que va ascendiendo en espiral y a la que podemos acceder al techo gracias a sus espirales en forma de escalones.
Barraca del Aiguader
Interior de la barraca del Aiguader, ejemplo de falsa cúpula
Casa en ruinas con techo inclinado
Interior de la casa en ruinas
Barraca de los Comuns del Pellicer
Interior de la barraca de los Comuns del Pellicer, apreciamos las piedras negras a causa del fuego
Barraca del "Ventanes"
Barraca doble
Campos de olivos que encontramos a lo largo de todo nuestro recorrido
Barraca del camino de las Terres Noves
Extraña construcción que no supe identificar
Barraca de los Lliris
Interior de la barraca de los Lliris
Barraca espiral
Parte posterior de la barraca espiral